3 cosas buenas y el efecto Tetris

Descubrí este ejercicio para ver el mundo de una forma más positiva (y en definitiva para ser más feliz) en el muy recomendable libro de Shawn Achor “The Happiness Advantage”. Creo que es bastante fácil llevarlo a cabo y los efectos persisten durante largos periodos de tiempo. Sólo necesitas una libreta, bolígrafo y unos minutos al día. No se puede decir que ser más feliz sea caro. Antes del ejercicio, un poco de información.

El efecto Tetris

En un estudio del departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard, los investigadores pagaron a 27 personas para que jugaran al Tetris varias horas al día, 3 días seguidos. Varios días después del experimento, algunos participantes no podían dejar de soñar con las diferentes piezas de Tetris cayendo del cielo, otros no podían dejar de intentar encontrar esas formas en objetos cotidianos, o intentar encajar cualquier objeto cotidiano con otro. Parecía que sus cerebros se habían quedado pillados dentro de una partida de Tetris y les estaba afectando cómo veían el mundo real fuera de la pantalla. A este efecto se le dio a conocer como el Efecto Tetris. Si el experimento hubiese sido más reciente se le conocería como el efecto Candy Crush o el efecto Pokemon, pero el Tetris llegó primero.

La explicación tras este fenómeno es que tras repetir una acción durante largos periodos de tiempo nuestro cerebro se encarga de crear patrones cognitivos que te ayuden a llevar a cabo esa acción de una forma más eficiente. Es como una forma de entrenar el cerebro. Si se hace jugando a un videojuego te hará más eficiente jugando al videojuego, por supuesto, pero como contrapartida empezaras a imaginar que sigues jugando cuando estés en el mundo real. Esto no ocurre solamente con los videojuegos. Cualquiera de nuestras acciones diarias van creando patrones de conducta si se repiten con la suficiente frecuencia durante un periodo de tiempo.

Si cuando repetimos una acción, nuestro cerebro va modificando su “cableado” para hacerla mejor, es evidente que dependiendo del tipo de acción, los resultados de este nuevo cableado podrán ser positivos o negativos. Todo el mundo conoce personas con patrones de conducta negativos (o nosotros mismos sin ir más lejos). Esa persona que cuando va a un restaurante siempre señala algo que no está bien. Aquel que conduciendo no hace más que quejarse de todo lo que hacen los demás conductores. El amigo al que cuando le comentas un viaje que vas a hacer a algún destino remoto lo primero que hace es señalarte todos los posibles peligros que allí te acechan… No es que estas personas quieran ser negativos, es que a fuerza de repetir las acciones negativas, se han hecho profesionales en ello y sus cerebros los llevan fácilmente por el camino de la negatividad.

Por supuesto existe el lado contrario con efectos positivos y eso es lo que vamos a conseguir con el siguiente ejercicio.

3 cosas buenas

Una vez al día escribe una lista de 3 “cosas buenas” que pasaron ese día.

Las cosas pueden ser relacionadas con tu trabajo, tus aficiones, tu familia o lo que sea. Lo importante es que al hacer este ejercicio, vas a tener que revisar las cosas que te han pasado durante el día y resaltar las buenas sobre las malas. Mucha gente me dice que algunos días difícilmente llegan a encontrar siquiera una cosa que escribir, pero es cuestión de revisar más y más. Por muy mínima que sea, merece ser incluida en la lista. Algunos ejemplos:

  • A la hora de comer en el trabajo hemos hablado de la película tal y la conversación ha estado muy entretenida.
  • Hoy he llegado a la parada del autobús justo un minuto antes de que llegase el bus y me alegré in montón de no haberlo perdido.
  • Esta tarde hablé con mi hermano con el que hace tiempo que no hablaba.
  • Hoy hemos cenado ¡pizza!

Creo que se capta la idea de que todo vale. No tienes que escribir cosas extremamente profundas, tan sólo tienes que intentar ser específico (no escribas “el mar”, sino por ejemplo “ir al trabajo en coche por la carretera con el mar de fondo a mi derecha”). Y lo mejor de todo es que a medida que repitas este ejercicio, cada vez será más sencillo encontrar las cosas que escribir. Tu mente será mejor visualizando las cosas positivas que te pasan y en consecuencia, quitándole importancia a las negativas.

Otra ventaja es que sus efectos son duraderos. Un estudio descubrió que los participantes que habían escrito 3 cosas buenas cada día durante una semana eran más felices, estaban menos deprimidos en los posteriores controles que se hicieron uno, tres y seis meses después del ejercicio.

Yo recomiendo intentar hacerlo durante un mes teniendo una libreta en la mesita de noche. Justo antes de dormir es un buen momento para revisar el día. Si no es el mejor sitio o lugar para ti, no importa. Hazlo cada día a la hora de comer, o por la mañana, pero lo importante es hacerlo. Pienso que por la noche es mejor porque tienes el día “fresco” en la memoria. A la mañana siguiente se olvidan muchas cosas. ¿Qué comí ayer?

Y por supuesto se pueden hacer variaciones: escribir y compartir la lista con tu pareja, escribir las cosas en forma de diario como una narración… encuentra la manera que más te guste, pero lo importante es ¡empezar a escribir!

{Foto @thepaintedsquare}