Internet, Redes Sociales, Smartphones… Tecnología que nos hace la vida mejor, ¿verdad? ¿o no siempre? Lo que se nos vende como la revolución tecnológica que ayudará a la humanidad a estar más conectada entre sí y permitir libre acceso a la información, no tiene por qué ser siempre positivo. Aunque por supuesto se consigan esos dos grandes logros, el modelo de negocio de los nuevos gigantes tecnológicos persigue que estemos conectados el mayor tiempo posible a sus aplicaciones. Mientras más tiempo estemos conectados, más datos consiguen, y más publicidad consumimos. Como se dice, si algo es gratis es porque el producto eres tú. Y en este caso el producto es tu atención.
Está claro que todas estas empresas compiten para ofrecernos el mejor producto posible, pero también teniendo siempre en mente que pasemos el mayor tiempo posible usándolo. Si una de estas empresas hace una innovación que consiga que pases más tiempo con ellos, inmediatamente las demás lo copiaran de alguna manera. Por ejemplo, una vez que YouTube pone por defecto el autoplay del siguiente vídeo, lo mismo hacen Facebook, Twitter, Instagram o incluso Netflix. No sé cuál empezó primero, pero está claro que ahora ninguna se querrá bajar del carro. Lo mejor que nos puede pasar es que ofrezcan una forma simple de desactivar el autoplay. Lo frecuente es que no sea simple y esté escondida en lo más profundo de la configuración.
Autoplay, notificaciones para pescarnos y que entremos a perder 20 minutos, contadores de días consecutivos que hemos estado conectados o hablado con cierta persona… Toda esta guerra por nuestra atención tiene un único perdedor, nosotros. Estrés, dificultad para desconectar, interrupciones mientras estamos con seres humanos de carne y hueso son algunas de las consecuencias.
Y como nuestro objetivo aquí es tener una vida lo más plena y feliz posible, aquí va una serie de consejos para una mejor convivencia con la tecnología:
Limita las interrupciones
Desactiva las notificaciones que no vengan directamente de otra persona. Las notificaciones están diseñadas para atraer nuestra atención y por eso las usan como anzuelo para que abramos la aplicación y pasemos más tiempo en ella. Desactiva todas las que no sean de mensajes directos de otra persona. Por ejemplo, las de aplicaciones de mensajería se pueden dejar, pero YouTube y similares solo buscan que piques.
A veces las personas pueden ser igual o más invasivas que las máquinas. Si estas en un grupo de WhatsApp o similar dónde no hacen más que escribir mensajes que no te interesan y que te distraen, el primer paso es silenciar el grupo durante un tiempo, el siguiente es salir del grupo. Si verdaderamente no te interesa lo que se dice, pues mejor fuera que dentro.
Dormitorio sin pantallas
Pasar los últimos momentos del día enganchado al teléfono perjudica nuestro sueño y nuestro descanso. Empezar el día con el teléfono en la mano, tampoco ayuda en absoluto. En el dormitorio la única pantalla que puede estar permitida es la del ebook, porque es como un libro y (todavía) no está plagado de notificaciones de redes sociales.
La manera más fácil de cumplir esta regla es cargando la batería del teléfono en otra habitación. Así alejamos las pantallas de nuestro dormitorio y creamos un espacio de tranquilidad para antes y después de dormir. ¿Qué usas el teléfono como despertador? Cómprate un despertador. Cuestan cientos de veces menos que tu teléfono, creo que te lo puedes permitir.
Sin malos rollos antes de dormir
Enlazando con la anterior, el tiempo antes de dormir debería ser sagrado, y las cosas que leemos o vemos nos afectan en la forma en la que terminamos el día y dormimos. No descansas igual si antes de dormir te tragas todas las malas noticias y tragedias del mundo. Ya sea mediante la televisión, periódicos o redes sociales, te puedes enterar igualmente al día siguiente. Por eso, un par de horas antes de ir a dormir, no deberíamos estar enganchados a las redes sociales ni noticieros. Si quieres ver algo de televisión, mejor que sea una buena película o una serie que te guste, a preferir comedia o de tono tranquilo. Finalizar el día con buena ficción es mucho mejor que hacerlo con los malos rollos del mundo.
Reorganiza tu teléfono
La posición de una aplicación en tu teléfono influye en el número de veces que la abres. La primera pantalla del teléfono debería estar ocupada solo por herramientas. Todo lo demás debería estar en las pantallas siguientes, así conseguirás entrar en ellas con menos frecuencia.
El paso siguiente es eliminar el acceso directo a ciertas aplicaciones si eres consciente de que las usas demasiado. Para entrar tendrás que buscarlas por su nombre, y ya solo con eso seguro que las usas menos. Y si quieres dar el paso definitivo, borra las redes sociales del teléfono. Puedes tener Facebook messenger si la usas para hablar y dejar Facebook solo para el ordenador (o dejarla del todo).
Por ahora estos son los trucos que he puesto en práctica y que me han funcionado. Espero que te ayuden a ti también. ¡A recuperar la atención perdida!
{Foto @askkell}