Orgulloso de tu nacionalidad

Lo acabo de calcular y llevo la cuarta parte de mi vida viviendo en «el extranjero». Esa forma que tenemos de llamar a todos los países que no son nuestro país de nacimiento. El número no es tan importante. Habrá quien ha vivido más o menos tiempo en el extranjero o también sin irse a vivir fuera quién haya viajado más o menos. Pero a modo de introducción me sirve para decir que en este tiempo me he encontrado en situaciones en las que parece que (a la vista de los demás presentes) yo soy mi país.

No alguien que nació y se crió allí, sino un representante que debe estar orgulloso o avergonzado por lo que allí ocurre. Ya sean casos de corrupción, malas experiencias durante sus vacaciones o un fallo considerable en alguna infraestructura pública: a la vista de los demás (que claro, son de otro país mejor donde eso no pasa) yo represento esos errores, esas mala prácticas: shame on me.

Es fácil desligarse de las cosas malas. Si por ejemplo se habla de un caso de corrupción, uno piensa que no tiene nada que ver con eso: si siempre he pagado mis impuestos. Pero es más difícil hacerlo con las cosas buenas. Si por ejemplo la selección de fútbol de tu país gana, empieza a surgir el orgullo en tu interior ¿Al fin y al cabo, cuál es tu intervención en ambos hechos? Normalmente la misma, que es ninguna. A no ser que seas el entrenador nacional que ha ganado la copa del mundo y posteriormente salido en la prensa por un caso de corrupción, entonces si, shame on you 🙂

No tiene que ser con el deporte, que a muchos les trae sin cuidado, si científicos de tu país descubren la cura de una enfermedad o algún compatriota gana un Nobel o un Oscar también vale. Y como la tentación es caer en el orgullo más que en la vergüenza, me suelo decir esto para evitarlo:

Mido 1,89 m. En algunos países seré considerado alto, muy alto (Bolivia), o normalito (Holanda). Sea como sea que me consideren en cada país, yo no he hecho nada para ser alto. Nací así. Lo único que podría poner a mi favor es que (todavía) no me he jorobado. Así que como mucho, lo que he hecho ha sido conservar mi altura dada genéticamente ¿Puedo sentirme orgulloso de ser alto?

Yo creo que no. E igual que no me puedo sentir orgulloso de ser alto, pues si fuera el caso no debería sentir vergüenza de ser bajito o lo que es lo mismo, del escudo, bandera y colores de mi pasaporte.

{Foto Engin Akyurt}